lunes, 5 de mayo de 2014

Libertad (4ª Parte)

-¿Es una broma? Si querías pasar más tiempo conmigo sólo tenías que decírmelo...
-No, no es una broma es verdad, todo lo que te he contado es cuanto sé... ¿Tú podrías ayudarme?- María no sabía que había sido, si el raro comportamiento de Juan durante toda la mañana o aquellos ojos azules que parecían incapaces de mentir lo que la había convencido, el caso fue que su cabeza asintió lentamente como si todavía continuara asimilando todo lo que Juan le había contado:
-Te ayudaré, ¿pero cómo?
-Ojalá lo supiera...
-¿De qué te acuerdas?- María se sentía impotente, ¿por qué era todo tan injusto? Justo cuando parecía que las cosas entre ellos dos empezaban a ir bien la situación se truncaba... ¿Cómo podía haberlo olvidado todo? ¿Habría olvidado también lo que pasó aquella tarde? Había estado enamorada de Juan tantos años... No podía pasarle esto ahora.
-Sólo recuerdo un bosque cuyos árboles parecían rozar el cielo y, a lo lejos, un arroyo que brotaba desde el subsuelo y la libertad... La libertad de poder hacer lo que uno quiere, de poder respirar sin más preocupación que la de dejarse llevar, de volar...
-Pero no lo entiendo, ¿volar? ¿Cómo? ¿Cómo vas a volar?
-No lo sé pero volaba, eso sí lo recuerdo con total claridad... Lo que yo no consigo entender es cómo puedo ser ahora lo que soy, ¿cómo puedo ser un ser humano? Y tú, ¿cómo puedes vivir así, atrapada en una jaula, sin poder decidir sobre tu propio ser, sobre tus propias acciones?
-Te equivocas, precisamente somos los seres humanos quienes decidimos qué hacer y qué no, un animal no puede pensar, no puede tomar sus propias decisiones.
-Entonces, ¿por qué no puedo volar? ¿Por qué me siento atrapado?
-Eso yo no lo sé, pero quizás podríamos intentar buscar el bosque ya que parece ser que es de lo único que te acuerdas, eso podría ayudarte.-Concluyó María cansada de hablar de un tema que parecía no conducir a ninguna parte. Aquél no era Juan, sin embargo, algo en su conducta le recordaba a él. Posiblemente esas ansias de vivir, esa imaginación... Nunca dejes de soñar le había dicho aquella tarde, cuando todo entre ellos cambió, cuando se declararon su amor el uno por el otro. María suspiró, quizás ya nada volvería a ser como aquella tarde, como antes...
María y Juan se fueron a comer a la cafetería de la universidad y tras ello se pusieron a buscar mapas de los alrededores, tal vez Juan a través de aquellos mapas podía recordar cuál era aquel bosque que tanto anhelaba. El tiempo pasaba lentamente, pero ambos se sentían bien cerca el uno del otro, algo parecía haberse reestablecido. Puede ser que no todo estuviera perdido pensó María y entonces recordó una cosa:
-Juan, ¿recuerdas aquella excursión?
-¿Qué excursión?
-Cuando fuimos con Carmen, nuestra profesora de biología en el instituto a Cazorla. Aquel sitio te enamoró, ¿y si es alli?

-Sólo hay una forma de averirguarlo...

2 comentarios:

  1. Bom Dia Amigo,
    Agradou-me muito esta 4º.parte da sua história
    Desejo um bom dia
    Saludos

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